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UN PENSAMIENTO SOBRE PARSHAT CHUKAT 5785

Sobre el pecado, el perdón y el poder de la humildad

En Números 21:5-7nos encontramos con un momento dramático en la travesía del pueblo de Israel por el desierto. 

El pueblo se queja amargamente contra Di-s y Moisés, lo que provoca una consecuencia rápida y dolorosa: serpientes ardientes enviadas como castigo divino. Pero, ¿qué significado más profundo se esconde tras este episodio? ¿Qué lecciones eternas podemos extraer sobre el pecado, el perdón y nuestra relación con Dios y con los demás?

¿En qué se equivocó el pueblo?

El núcleo de su pecado estaba en su discurso - lashon hara - contra Dios y Moisés:

5 Y el pueblo habló contra Di-s y contra Moisés: '¿Por qué nos habéis hecho subir de Egipto para morir en el desierto? porque no hay pan ni agua, y nuestra alma aborrece este pan ligero.'ה וַיְדַבֵּר הָעָם, בֵּאלֹקים וּבְמֹשֶׁה, לָמָה הֶעֱלִיתֻנוּ מִמִּצְרַיִם, לָמוּת בַּמִּדְבָּר: כִּי אֵין לֶחֶם, וְאֵין מַיִם, וְנַפְשֵׁנוּ קָצָה, בַּלֶּחֶם הַקְּלֹקֵל.

Sus palabras reflejaban ingratitud y falta de fe. A pesar de ser testigos de los milagros y cuidados de Di-s, rechazaban Su providencia y cuestionaban Su liderazgo. Esto no era sólo una queja - era una ofensa espiritual enraizada en la desconfianza y la falta de respeto.

Las Serpientes: Más que un castigo

Como consecuencia directa, Di-s envió "serpientes ardientes" para morder al pueblo, y muchos perecieron. El simbolismo aquí es potente: el primer ser que habló mal de Di-s fue la serpiente en el Jardín del Edén. Ahora, de nuevo, las serpientes aparecen en respuesta al discurso destructivo.

Según Malbimlas serpientes también representan la ietzer hará - la inclinación al mal que hay dentro de cada uno de nosotros. Estas "serpientes interiores" nos muerden desde dentro, envenenando nuestra forma de pensar y nuestro comportamiento. El relato se convierte no sólo en una crisis nacional, sino en un espejo espiritual de nuestras luchas internas.

Reconocer el pecado y el papel de Moisés

En Alshich destaca que el pueblo confesó su pecado tanto contra Di-s como contra Moisés -aunque la verdadera ofensa era contra la autoridad divina de Di-s. Aun así, apelaron a Moisés para que intercediera:

7 El pueblo se acercó a Moisés y le dijo: 'Hemos pecado, porque hemos hablado contra el Señor y contra ti; ruega al Señor que aleje de nosotros las serpientes.' Y Moisés oró por el pueblo.ז וַיָּבֹא הָעָם אֶל-מֹשֶׁה וַיֹּאמְרוּ חָטָאנוּ, כִּי-דִבַּרְנוּ בַד' וָבָךְ-הִתְפַּלֵּל אֶל-ד', וְיָסֵר מֵעָלֵינוּ אֶת-הַנָּחָשׁ; וַיִּתְפַּלֵּל מֹשֶׁה, בְּעַד הָעָם.

En lugar de rezar directamente a Di-s, se dirigieron a Moisés, confiando en su mérito y estatura espiritual. Or HaChaim explica que el perdón se concede más fácilmente antes de castigo que después - pero aun así, depositaron su esperanza en la compasión y la influencia de Moisés.

Moisés respondió sin resentimiento. Rezó sinceramente, no sólo por los que no habían sido mordidos, sino incluso por los que ya estaban afligidos. Su respuesta estuvo marcada por el amor, la paciencia y la humildad.

La serpiente de bronce: Volviendo los ojos y los corazones hacia arriba

8 Y el Señor dijo a Moisés: 'Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre un asta; y sucederá que todo el que sea mordido, cuando la vea, vivirá'.ח וַיֹּאמֶר ד' אֶל-מֹשֶׁה, עֲשֵׂה לְךָ שָׂרָף, וְשִׂים אֹתוֹ, עַל-נֵס; וְהָיָה, כָּל-הַנָּשׁוּךְ, וְרָאָה אֹתוֹ, וָחָי.

Moisés fabricó una serpiente de bronce y la montó en un poste alto. Este objeto no tenía ningún poder inherente. La curación no procedía de la imagen, sino de mirando hacia arriba - un giro simbólico del corazón hacia Dios.

Incluso cuando somos "mordidos" por nuestras debilidades interiores, la restauración es posible. La curación viene a través del reconocimiento sincero de nuestra dependencia de Di-s y un humilde retorno a Él.

Reflexiones sobre la misericordia de Dios

Esta historia ofrece una vívida expresión del carácter de Di-s, haciéndose eco de la Trece atributos de la misericordia como se revela en Éxodo 34:6:

6 Y el Señ-r pasó delante de él, y proclamó: 'El Señ-r, el Señ-r, Di-s, misericordioso y clemente, paciente y abundante en bondad y verdad;ו וַיַּעֲבֹר ד' עַל-פָּנָיו, וַיִּקְרָא, ד' יְד', קאֵל רַחוּם וְחַנּוּן-אֶרֶךְ אַפַּיִם, וְרַב-חֶסֶד וֶאֱמֶת

Di-s responde a la plegaria de Moisés no con ira, sino con gracia, misericordia y paciencia. Al igual que Di-s, también Moisés muestra un espíritu de perdón y amor, a pesar de ser el blanco de las quejas del pueblo.

Estamos llamados a reflejar estas cualidades divinas. Así como Dios es lento para la ira, misericordioso e indulgente, así debemos ser nosotros.

Siguiendo los caminos de Dios

En Lubavitcher Rebe enseña que el comportamiento de Moisés es un poderoso modelo de cómo debemos vivir. El perdón no debe ofrecerse a regañadientes o por mera obligación. El perdón verdadero y sanador proviene del corazón, del deseo de emular el carácter de Dios y crear paz.

Cuando perdonamos sinceramente y rezamos con fervor por los demás, abrimos el canal para las bendiciones de Di-s -tanto espirituales como materiales- en nuestras propias vidas. El ejemplo de Moisés crea un hermoso ciclo espiritual: perdón, oración y curación. Este modelo fortalece a las personas, a las comunidades e incluso al mundo.

Conclusión: Una lección eterna y un modelo de la humildad de Moisés

El episodio de las serpientes en el desierto es mucho más que un relato histórico. Aunque las serpientes introducen el drama, es la respuesta compasiva y humilde de Moisés la que encierra la mayor lección.

Sirve de parábola espiritual sobre el pecado, el arrepentimiento, la humildad y la redención. Tanto Di-s como Moisés demuestran el poder de la misericordia, y nos invitan a unirnos a ellos en esa obra divina.

Que, como Moisés, aprendamos a reconocer nuestras faltas, a perdonar a los demás con el corazón abierto y a rezar por la curación de todos, pues al hacerlo acercamos la redención de Dios, tanto en nuestras vidas como en el mundo que nos rodea.

Por Angelique Sijbolts
Gracias al rabino Moshe Bernstein por sus comentarios.

Fuentes:

Sabiduría Diaria del Lubavitcher Rebe, Volumen 3 p. 318


Footnote:

Reader’s Question:
The article states the following:
“…they appealed to Moses to intercede… Rather than praying directly to G-d, they turned to Moses, trusting in his merit and spiritual stature.”
As I understand it, Bnei Noach are meant to pray directly to G-d and do not need to appeal to another human being to intercede.
Am I missing something?

Response:
That’s a very thoughtful and important question. You’re absolutely right that Bnei Noach — just like anyone — can and should pray directly to G-d. There is no obligation to go through another person.

The example in the article, where the Israelites appealed to Moses, doesn’t imply that they were forbidden to pray themselves. Rather, they turned to Moses because of his extraordinary spiritual merit and closeness to G-d, asking him to intercede on their behalf. They believed his prayers might be more effective — not instead of their own prayers, but in addition to them.

In the same way, when someone approaches a great rabbi today, it’s not because the rabbi is expected to solve everything for them. Instead, the rabbi can offer prayers or blessings, but the individual must still do their own part — through personal prayer, effort, and spiritual growth. That way, they create a proper “vessel” to receive the blessing.

So yes — Bnei Noach certainly pray directly to G-d. Seeking the prayers of a spiritually elevated individual is not a replacement for one’s own connection to G-d, but a supplement to it.

Textos Mechon Mamre

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