בס "ד

Esta semana leemos el mandamiento que explica la unidad divina: "Sabed hoy y tomadlo a pecho que el Señor es Dios en los cielos arriba y en la tierra abajo; no hay otro" (Deuteronomio 4:39). En las enseñanzas jasídicas, este versículo se explica no como una mera negación de la existencia de otro dios, que el Cielo no lo permita, sino como una aclaración de que no hay existencia en absoluto aparte de Di-s. El Santo, bendito sea, es la única realidad en el mundo, ya sea en los cielos, en la tierra o en las profundidades del universo.

La existencia independiente del mundo y sus criaturas es una ilusión, derivada de nuestra incapacidad para percibir la fuerza divina que sustenta toda la realidad. Si pudiéramos ver la verdad, reconoceríamos que todo es Di-s y que Di-s es todo. La creación no tiene existencia independiente ya que fue creada ex nihilo (algo de la nada); por lo tanto, su existencia en cada momento depende de la fuerza divina que la sostiene y la llena. Por lo tanto, la verdad es que "no hay nada aparte de Él".

Podría pensarse que sólo los "cielos", las creaciones espirituales superiores, pueden contener la fuerza divina. Por lo tanto, la Torá añade: "y en la tierra de abajo", que incluso las creaciones físicas inferiores también están llenas del poder del Creador. Esta división también existe simbólicamente en la vida de cada individuo: existe el "cielo" dentro de una persona, que es el alma divina. Está la "tierra", que es el cuerpo físico, un recipiente directo para la luz del alma. Pero también existe la "extensión del universo": todas las actividades de una persona a lo largo del día.

Las Siete Leyes Noájidas son el código moral universal para todas las personas. La primera de estas leyes es la prohibición de la idolatría, que exige directamente el reconocimiento de la unidad de Dios. Esto significa que se espera que un noájida reconozca que "el Señ-r es Di-s en los cielos arriba y en la tierra abajo; no hay otro". El reconocimiento de la unidad de D'os es fundamental para el fundamento espiritual del Código Noájida. Este reconocimiento será completo en la era mesiánica, ya que el mundo estará lleno de la presencia divina para toda la humanidad. Todo debe servir a la santidad divina y preparar al mundo entero, con todas sus partes, para ser un recipiente para la revelación de la verdad divina absoluta, como se revelará en la redención completa y última.

Por el rabino Moshe Bernstein

Si quieres más preguntas para la contemplación, VER LOS OTROS BLOGS DEL RABINO MOSHE BERNSTEIN

Fuentes: Likutei Sichos, volumen 29, La Puerta de la Unidad y la Fe, capítulo 1.

Copyright, todos los derechos reservados. Si le ha gustado este artículo, le animamos a seguir difundiéndolo.

Nuestros blogs pueden contener textos/citas/referencias/enlaces que incluyan material protegido por derechos de autor de Mechon-Mamre.org, Aish.com, Sefaria.org, Jabad.orgy/o AskNoah.orgque utilizamos de acuerdo con sus políticas.